EL JARRÓN DE LA ABUELA

(Propuesta: Escribir una carta o un mensaje a alguien diciéndole algo que resultaría difícil decírselo a la cara. Autora: ANTONIA G.A.)

                                       

                  Querida amiga:    

                 Voy a contarte algo que me resulta muy difícil decirte a la cara. ¿Recuerdas cuando me llamaste al móvil llorando a moco tendido porque te encontraste al gato de tu vecina Felisa en tu salón y el jarrón chino de porcelana,  que habías heredado de tu abuela, roto en el suelo? No te explicabas cómo se había podido colar el endiablado felino. Me jurabas que cuando te toparas con Felisa le ibas a estirar de los pelos.

                 Yo te convencí para que no le dijeras nada. A cambio, esa misma tarde, aprovechando que ella había salido para ir a cuidar a su madre, como todos los lunes, y que en su casa no había nadie, le rompiste el cristal del ventanal que da al deslunao con un pedrusco que yo te subí de la calle.

                 Veo que no estás satisfecha y que sigues con tu empeño de arrastrarla por el suelo  agarrándola por el pelo; y yo qué sé cuántas cosas me has dicho que vas a hacerle más.

                 Verás: vaya por delante que soy tu mejor amiga, que nos conocemos toda la vida, que hemos vivido muchas aventuras juntas desde niñas, que estuve en tu boda y tú en la mía, que...¡Que no, que no fue el gato de la vecina! Fui yo cuando entré a regarte las plantas ese mismo día para que las encontraras lozanas a tu regreso; le di, sin querer, con mi culo a tu jarrón cuando entraba del balcón y no llegué a tiempo de cogerlo antes de hacerse añicos en el suelo.

                 Fue entonces cuando vi al gato de Felisa caminando por la barandilla. Y tuve una idea; lo cogí y lo metí en el salón, asegurándome de que no fuera capaz de saltar y huir por la ventana, que dejé un poco entreabierta.

                 Me fui corriendo y, antes de llegar a mi casa, sonó mi móvil contigo al otro lado. Acababas de llegar de tu maravilloso viaje, desesperada y con ganas de elaborar salchichas de felino. Y menos mal que desististe cuando te recordé cómo está ahora la ley con lo del maltrato animal.             

                Me acabo de ir de viaje; como comprenderás no te voy a decir dónde. Te he dejado en tu correo una lista  larga de delitos y las penas que conlleva llevarlos a cabo; estúdiatela con calma y espero que estés más relajada a mi regreso.

 

                PD. Si te sirve de consuelo, nunca me gustó tu jarrón. Siempre me pareció                 horroroso cuando lo observaba, por mucho que me recordaras cada vez que iba a  tu casa, que era de porcelana fina.             

                        Espero verte pronto, sin sorpresas  ni mal rollito.

                                                                                          Adela, tu amiga del alma.  

               

                

                 

                


EL JARRÓN DE LA ABUELA

(Propuesta: Escribir una carta o un mensaje a alguien diciéndole algo que resultaría difícil decírselo a la cara. Autora: ANTONIA G.A.)     ...