LA VENTA DEL OLVIDO

(Ejercicio de descripción. Autor: EL QUINTO VARÓN)


 A unos dos kilómetros del pueblo había una Venta junto a la carretera nacional, donde los carruajes que pasaban solían hacer noche allí (aún se conserva el caserón, pero no como Venta, sino como casa particular). El trayecto que quedaba hasta la Ciudad era de una jornada, La Venta era un edificio antiguo, con un patio interior grande, con unos arcos que daban a las cuadras. Otros arcos daban a un gran comedor. Sobre el comedor estaban los dormitorios. En la parte izquierda había una capilla con la imagen de Santa Ana. Frente a la ermita, en la parte derecha, había un pozo con un abrevadero al lado. Los viajeros menos pudientes desenganchaban los carruajes en el gran patio exterior, pasaban las caballerías y lo primero, en el abrevadero, bebían agua los animales y luego en la cuadra le echaban pienso. Y lo primero a cenar en el gran comedor, bajo la luz de los candiles. Luego los más pudientes, pasaban la noche en un dormitorio, a veces solos, a veces acompañados, y los que tenían menos posibilidades. en la cuadra, en el pesebre, con la única compañía de las caballerías. 

La Venta era regida por una familia. El marido se llamaba Vicent y la mujer Vicentica, pero todo el mundo le decía Tica. Tenían tres hijas llamadas Conchi, Paqui y Roseta. Además tenían dos empleadas más, llamadas Josefina y María.

No obstante, la Venta era propiedad de una señora rica que vivía en el pueblo de al lado, y solamente iba los domingos a ser informada de su funcionamiento .

La Venta tenía todos los servicios, tanto del cuerpo como del alma. Los domingos iba el cura del pueblo a

celebrar la Santa Misa, a la que prácticamente solo asistía la dueña y los demás empleados.

EL JARRÓN DE LA ABUELA

(Propuesta: Escribir una carta o un mensaje a alguien diciéndole algo que resultaría difícil decírselo a la cara. Autora: ANTONIA G.A.)     ...